Tito 1:9 – Retenedor de la palabra fiel, la cual es conforme a la enseñanza de los apóstoles, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que se oponen.

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Las devastadoras consecuencias de reemplazar el arreglo gubernamental de dios en la iglesia por un sistema de control secular

Este artículo trata de recientes intentos de ciertos hermanos disidentes para alterar el gobierno ordenado por Dios en las iglesias locales que están siendo cuidadas por ellos. Al hacer esto, ellos corren el gran riesgo de transformar esas congregaciones de iglesias locales a sectas locales. Por medio de manipular los reglamentos como parte de los estatutos legales de la iglesia local como una corporación sin fines de lucro, los hermanos disidentes están buscando incrementar su poder como directores de la corporación para incluir la autoridad para dirigir los asuntos de la iglesia. En Toronto, Canadá, ya este programa ha sido llevado a cabo con éxito. Estamos ofreciendo este pequeño libro con la esperanza de que las iglesias bajo esta influencia disidente sean preservadas y disfruten la paz en el gobierno divino bajo Cristo, la Cabeza y Sus apropiadas autoridades representativas.

Introducción

A través del ministerio de los hermanos Watchman Nee y Witness Lee, el Señor recobró plenamente el entendimiento apropiado de los aspectos tanto universal como local de la iglesia. En su aspecto universal, la iglesia es una y es el Cuerpo viviente para la expresión completa de Cristo, la Cabeza (Mt. 16:18; Ef. 1:22-23). Es su aspecto local, la iglesia existe en muchas localidades como iglesias locales para ser las expresiones prácticas del Cuerpo universal de Cristo sobre la tierra (Mt. 18:17; 1 Co. 12:27; Ap. 1:11). En esta condición doble, la iglesia tiene el aspecto esencial y orgánico para su existencia como el Cuerpo de Cristo, y el aspecto organizacional y administrativo para el mantenimiento de su orden apropiado en el gobierno divino.

Tristemente, el orden administrativo en algunas iglesias locales hoy en día está en peligro de ser corrompido por ciertos hermanos disidentes que afirman necesitar una autoridad más claramente definida para proteger sus iglesias de influencias externas. En realidad ellos están consolidando su poder en las iglesias. Para lograr sus metas, los hermanos disidentes están utilizando los reglamentos que están asentados como parte del registro legal de la iglesia como una corporación sin fines de lucro. Al manipular tales reglamentos los hermanos disidentes están haciendo maniobras agresivas para aumentar su poder como directores de la corporación para crear una clase nueva y sin base bíblica de ancianos-directores que están por encima de otros ancianos en sus iglesias. Si esto se lleva a cabo exitosamente, tales cambios alterarán la naturaleza celestial y el gobierno divino de las iglesias afectadas, haciéndolas sectas divisivas bajo la dirección de una jerarquía hecha por el hombre. Lamentablemente, esto ya ha sucedido en Toronto, Canadá.

De iglesia local a secta local: El efecto de abandonar el gobierno ordenado por Dios

El gobierno en una iglesia local es llevado a cabo por Cristo, la Cabeza, a través de los ancianos quienes son designados por los apóstoles de acuerdo a su madurez en vida (Hch. 14:23; Tit. 1:5). Con respecto a la función de los ancianos de vigilar, enseñar y pastorear al rebaño de Dios, así como del manejo de los asuntos financieros de la iglesia (1 Ti. 3:2; 5:17; Hch. 11:29-30; 1 Ti. 3:3), el hermano Lee escribe:

La revelación del Nuevo Testamento nos muestra que el gobierno de la iglesia es muy sencillo y práctico: Todo el gobierno de una iglesia es confiado a los ancianos. Los ancianos son el gobierno de la iglesia. De acuerdo a su medida espiritual, los ancianos son aquellos que son maduros y de más edad. De acuerdo a los asuntos que ellos manejan ellos son los que vigilan, y esto habla del gobierno y de la administración. (The Elders’ Management of the Church, pág. 17)

Alterar este arreglo administrativo ordenado por Dios en una iglesia local inevitablemente devastará el gobierno divino en esa iglesia, transmutando tal iglesia local en una secta local, y ofendiendo el encabezamiento de Cristo en esa iglesia. El hermano Watchman Nee vio el peligro inherente de adoptar en una iglesia local instituciones y decretos extra-bíblicos y advirtió en contra de ello:

La Biblia ya ha decretado todos los principios instituidos de la iglesia de una forma muy clara. No debemos tener ningún decreto, ya sean credos, constituciones, reglas, fueros u ordenanzas que no estén en la Biblia, no importa cuán bíblicos puedan ellos parecer. De otro modo, llegaremos inmediata-mente a ser una secta. Tal vez seamos más bíblicos y tengamos más conocimiento que otras sectas, pero seguimos siendo una secta. Solo debemos tener una Biblia abierta para que los hombres la sigan. Si instituimos cualquier cosa aparte de la Biblia, no importa cuán bíblico pueda parecer, estamos causando que otros menosprecien la Biblia y vuelvan su atención a ordenanzas instituidas. De esta manera, aquellos que son "de nuestro grupo" deben permanecer en las enseñanzas de tales ordenanzas antes de que ellos se puedan reunir juntos. Por supuesto, si alguien ve cualquier ordenanza que es contraria a las Escrituras, él debe rechazarla. Por supuesto, nosotros debemos enseñar a otros las enseñanzas de la Biblia, y si alguien sigue tales enseñanzas, ellos están siguiendo la palabra del Señor y no cualquier clase de autoridad en nuestra palabra. Si instituimos cualquier cosa, eso llegará a ser la norma de nuestra fe. Esto significa que estaremos instituyendo otra norma de fe aparte de la Biblia, no importa cuán bíblico parezca tal norma. (The Collected Works of Watchman Nee, tomo 7, págs. 1116-1117)

Los disidentes están uniendo esfuerzos para cambiar la administración apropiada en sus iglesias al aumentar la esfera de lo que está permitido en el Nuevo Testamento. Al buscar elevar el oficio secular de directores de la corporación por encima del oficio bíblico de anciano de la iglesia, los disidentes están proponiendo exactamente la clase de institución extra-bíblica que preocupó al hermano Nee. Si los santos en tales iglesias votan para aprobar las enmiendas propuestas a los reglamentos que harían que este cambio sea posible, entonces lo que se producirá será una organización jerárquica sin base bíblica que nulifica la autoridad de Cristo como Cabeza y destruye la posición apropiada de esa iglesia local.

Una jerarquía sin base bíblica: Mezclar el gobiernocelestial de la iglesia local con la administración secular de una corporación sin fines de lucro

La iglesia es una entidad celestial que existe en la esfera del gobierno divino; sin embargo, también existe sobre la tierra como iglesias locales que están sujetas a las leyes de los estados o provincias en las cuales residen. Consecuentemente, los miembros de una iglesia local pueden formar una corporación a fin de tener una posición legal delante del gobierno secular bajo el cual ellas viven. La corporación sin fines de lucro no es la iglesia en sí, pero existe para satisfacer los requisitos de la ley secular para proteger los bienes financieros de la iglesia en beneficio de todos los miembros. Mezclar la corporación secular con la iglesia celestial adultera a la iglesia misma y causa que ésta pierda el encabezamiento del Cristo ascendido como Cabeza para llegar a ser una organización humana común, administrada de acuerdo a manejos con principios mundanos. Esto es cambiar la teocracia (ser gobernados por Dios) por el gobierno humano y arriesgar la singularidad de la iglesia local como el testimonio de Jesús. De hecho, equivale al antiguo rechazo de Israel de ser gobernados por Jehová y preferir un rey secular (1 S. 8:4-7). En las iglesias donde hoy en día está reinando tal confusión, los hermanos disidentes se están esforzando para consolidar su poder, usando la corporación secular y sus reglamentos a fin de obtener influencia en la iglesia. Esto es un terrible error.

Para que una corporación tenga una postura legal apropiada con el correspondiente gobierno de su estado o provincia, los directores deben ser elegidos para servir como fiduciarios de la corporación. En su función como fiduciarios de la corporación, los directores guardan bajo su poder los activos financieros (ej. cuentas financieras, propiedades, etc.) de la corporación en fideicomiso. Su función es la de un depositario, no la de administración. De acuerdo a la consideración del gobierno secular, los directores de una corporación no lucrativa existen para proteger los intereses de los accionistas. En la iglesia local, los accionistas son los santos. Los directores de la corporación están, por lo tanto, para servir a los santos y satisfacer los más mínimos requisitos legales del gobierno secular en el estado o provincia en donde la iglesia resida. Los directores no llevan a cabo la administración espiritual de la iglesia celestial; la responsabilidad de la administración de la iglesia recae en los ancianos. Comúnmente en una iglesia local los ancianos sirven como directores de la corporación, pero las dos funciones sirven para dos diferentes propósitos y no debe influir lo uno en lo otro. Si un hermano sirve como anciano y como director, es su obligación no usar su posición de director de la corporación para ejercer influencia sobre los asuntos espirituales de la iglesia. Los hermanos disidentes han pasado por alto tal distinción y han colocado a sus iglesias locales en una posición de peligro inmediato.

"La iglesia de los torontianos": Un caso a tratar

Los hermanos disidentes que se han apoderado del control de "La iglesia de los torontianos", exitosamente se han encerrado en una postura inexpugnable como directores recientemente designados de la corporación. Sin embargo, su comportamiento en cuanto a reemplazar el gobierno de la iglesia ordenado por Dios ha transmutado la postura de la iglesia a la de una secta. Sus nuevos reglamentos, los cuales fueron ratificados después de que ellos furtivamente despejaron cualquier oportunidad posible para ser detenidos, efectivamente codifican un sistema de error (Ef. 4:14) y da a los directores un poder sin precedentes para gobernar la iglesia. Estos nuevos reglamentos otorgan a los directores, quienes son escogidos de entre los ancianos, más autoridad de la que en realidad es requerida por la ley para la existencia de una corporación. Tales directores-ancianos ahora han llegado a ser una facción controladora entre los santos y se han elevado a sí mismos por encima de sus ancianos compañeros, haciéndolos, con eso, ancianos de "segunda clase".

Los nuevos poderes de los directores

Escogiendo el (los) apóstol (es) de la iglesia

La Mesa Directiva de "La iglesia de los torontianos" asume una autoridad sin base bíblica para escoger al (los) apóstol (les) de la iglesia (Reglamento Número 2007-1, Artículo 10, Sección 10.2). Esto ofende el balance de autoridad presentado en el Nuevo Testamento al redefinir la función de un apóstol. La función del apóstol es única en la iglesia universal (Ef. 4:11-12; Ro. 1:5). El ministerio de los apóstoles es universal para todas las iglesias; no es para iglesias locales específicas excluyendo así a otras. Los apóstoles tienen también la autoridad dada por Dios para designar o remover ancianos en las iglesias locales (Hch. 14:23; Tit. 1:5; 1 Ti. 5:19), indicando, por lo tanto, que los ancianos están bajo los apóstoles. Al dar poder a la Mesa Directiva para escoger al (los) apóstol(es) de la iglesia, en este nuevo reglamento los directores someten a los apóstoles y limitan el ministerio de los mismos para solo aquellas iglesias que escogen reconocerlos. Esto viola claramente los principios establecidos en el Nuevo Testamento. El hermano Witness Lee, escribe:

El gobierno de la iglesia es muy sencillo. Los apóstoles salen y predican el evangelio para establecer las iglesias. Luego, ellos seleccionan a los creyentes más maduros y los designan para que sean ancianos y pastores con el fin de cuidar de una iglesia local. Los ancianos deben cuidar de las iglesias de acuerdo a la enseñanza de los apóstoles. Ya que todas las iglesias son establecidas por los apóstoles y los ancianos son seleccionados y designados en las diferentes localidades por los apóstoles, al cuidar de las iglesias todos los ancianos deben tomar la palabra de los apóstoles. (The Conclusion of the New Testament, pág. 2169)

Que una iglesia escoja sus propios apóstoles significa que tal iglesia establece una relación exclusiva con tales apóstoles. El Nuevo Testamento prohíbe tal favoritismo debido a que ello divide al Cuerpo de Cristo (1 Co. 1:12-13).

Subyugar a los ancianos

Bajo los recién adoptados reglamentos, la Mesa Directiva ocupa el puesto más elevado en la jerarquía y tiene el poder para ratificar (o, en su defecto, no ratificar) decisiones hechas por los ancianos (Artículo 5, Sección 5.10). Los más poderosos directores-ancianos tienen también autoridad para "suspender" a un anciano sin derecho a recurso, y por un período de tiempo determinado únicamente de acuerdo a la discreción de la Mesa Directiva (Artículo 9, Sección 9.10). Bajo tal sistema, los ancianos están sometidos a la Mesa Directiva, negando de esta manera el testimonio del cual habla la Escritura de que los ancianos están sujetos a los apóstoles (1 Ti. 5:19-20; Hch. 14:23; Tit. 1:5).

Controlando a los santos

La Mesa Directiva de "La iglesia de los torontianos" ahora reclama una autoridad sin precedentes sobre los santos. El razonamiento que públicamente proclamaron para tales cambios es que ellos necesitan nuevos poderes para proteger adecuadamente a la iglesia de influencias externas. El siguiente poder ha sido dado a los directores mediante la ratificación de sus reglamentos.

  1. La Mesa Directiva puede suspender a un miembro "sin previo aviso" y "sin derecho a recurso". El tiempo de tal disciplina será "por el período de tiempo determinado por la MESA DIRECTIVA de acuerdo con su criterio propio" (Artículo 9, Sección 9.10).
  2. Los directores tienen la autoridad para destituir a cualquiera que no esté de acuerdo con ellos (Artículo 4, Sección 4.13, Sub-secciones 3-6) y, como consecuencia adicional, imponer medidas disciplinarias (Artículo 13, Sección 13.5). Un miembro bajo disciplina acepta renunciar a todos los derechos durante el período de tiempo en que la disciplina está en efecto (Artículo 13, Sección 13.5, Sub-sección 4).
  3. Como requisito para la membresía, un solicitante debe convencer a los ancianos y a la Mesa Directiva de que él o ella no han sido divisivos o contenciosos (Artículo 4, Sección 4.1, Sub-sección 11). Lo que se supone ser "contencioso" no está definido en los reglamentos, pero puede indudable-mente asumirse que una persona "contenciosa" es aquella que no está de acuerdo con los directores ni recibe sus directivas.
  4. La Mesa Directiva puede cambiar los requisitos mediante el voto de los miembros "de vez en cuando" siempre y cuando esto se considere como "apropiado" (Artículo 4, Sección 4.1, Sub-sección 12). Tal poder da a la Mesa Directiva la manera de incluir miembros que los favorezcan y de excluir a aquellos miembros que no respaldan sus propuestas. Además, los reglamentos permiten que cualquier miembro sea excluido de las reuniones de "La iglesia de los torontianos" (Artículo 13, Sección 13.4, Sub-sección 8e). Esto de nuevo contradice la exhortación bíblica de recibir a todos los creyentes (Ro. 15:7). La única base para impedir que un creyente asista a las reuniones de la iglesia es que tal creyente sea divisivo (Ro. 16:17; Tit. 3:10), esté involucrado con la idolatría (1 Jn. 5:21; 1 Co. 8:4-7) o en un pecado escandaloso (5:9-11; 6:9-10) o que niega la encarnación de Cristo (2 Jn. 7-11).
  5. Para ser un miembro que puede votar uno debe estar de acuerdo en someterse a la autoridad y disciplina de los directores y ancianos (Artículo 13, Secciones 4 y 5). La sumisión a "la autoridad y a los procedimientos y principios disciplinarios de la iglesia" es una de las obligaciones de los miembros (Artículo 4, Sección 4.6, Sub-sección 7, y Sección 4.8, Sub-sección 5).
  6. Los directores aprueban las aplicaciones de las membresías para votar (Artículo 4, Sección 4.4). Además, a fin de incrementar el apoyo de sus agendas, los directores pueden agregar diez votos más al otorgar hasta a diez santos más el voto de miembro honorario por hasta tres años (4.9).
  7. La Mesa Directiva monitorea las aportaciones financieras de los santos, verificando sus donativos mediante "recibos de donativos de la iglesia" (Artículo 4, Sección 4.1, Sub-sección 9; Sección 4.6, Sub-sección 6; Sección 4.8, Sub-sección 3). Hasta que los donativos que una persona da a la iglesia son verificados, ésta no puede admitirse como un miembro que puede emitir su voto. Esto viola las propias palabras del Señor en Mt. 6:1-4. Al comentar acerca del versículo dos de esta porción, donde el Señor encarga a los discípulos a no tocar la trompeta al hacer sus ofrendas para recibir la gloria de los hombres, el hermano Lee declara: "Por esta razón, nosotros los que estamos en las iglesias no apuntamos lo que los santos han dado". Como pueblo del reino, "el principio fundamental consiste en que no damos con la intención de hacer alarde o de recibir gloria de los hombres; al contrario, lo hacemos todo en secreto en la presencia de nuestro Padre celestial". (Estudio-vida de Mateo, pág. 265)
  8. Los directores determinan cuáles servicios son válidos para los miembros que votan (Artículo 4, Sección 4.1, Sub-sección 8). El servicio secreto que los santos rinden al Señor, tales como la oración, el pastoreo de los santos, la preparación de comidas, etc., parecen no ser considerados como suficientes para la membresía.
  9. Los directores deciden cuáles hogares y reuniones de distrito son consideradas como reuniones legítimas para la membresía (Artículo 4, Sección 4.1, Sub-sección 7). A fin de que uno sea aprobado para tener la membresía para votar, se espera que uno "haya asistido regularmente y durante un período de los últimos tres años consecutivos o más, a las reuniones designadas de la iglesia (He. 10:25), donde ‘asistir regularmente’ se entiende por lo menos una asistencia por mes el día del Señor en el lugar de reunión o en un lugar equivalente de acuerdo a la opinión de la Mesa Directiva". Aparentemente una reunión que no se lleva a cabo en un lugar en que la Mesa Directiva no considera equivalente al lugar de reunión, no es considerada una reunión genuina; sin embargo, el Señor mismo considera que la reunión de dos o tres en Su nombre es una reunión donde Él está presente (Mt. 18:20).

Protegiendo sus intereses

Los directores pueden ser destituidos únicamente por dos terceras partes de los votos de miembros calificados en "la reunión anual u otra reunión general" (Artículo 5, Sección 5.6). Sin embargo, una reunión general especial, sólo puede ser programada por la Mesa Directiva (Artículo 8, Sección 8.2).

Abandonando la teocracia por la democracia

Los nuevos reglamentos introducen el principio democrático de gobernar por la mayoría de votos, pasando así por alto el encabezamiento de Cristo en la teocracia de la iglesia. Si los ancianos son incapaces de obtener una decisión mediante el consenso, entonces el tema a tratar es puesto a votación (Artículo 1, Sección 1.1, Sub-sección 12). Sin embargo, el voto no se origina en Dios. El hermano Nee instruye así:

Todas las iglesias debieran adoptar prácticas similares con respecto a ciertos asuntos; sin embargo la norma que rige nuestra conducta no es determinada por la aprobación de la mayoría, sino que se conforme a la decisión tomada por los hermanos que están en unidad. La unidad y la unanimidad son obra del Espíritu Santo, mientras que el consenso de las mayorías procede del hombre. (La vida de asamblea, pág. 78)

El hermano Lee también identifica la falacia de tomar en la iglesia el camino de la democracia:

El principio es que al tomar medidas con respecto a los asuntos de negocios, usted nunca debe introducir el camino de la democracia donde todos discuten y expresan sus opiniones, y donde finalmente la opinión de la mayoría se toma y se hacen las decisiones. Este es el camino mundano, y difiere de la enseñanza y los ejemplos en la Biblia. Por otro lado, usted no puede ser autocrático; no puede ir adelante con usted solamente, determinando, decidiendo, y haciendo todo usted mismo. Esto igualmente no es bíblico. En la Biblia el principio de administración tiene que ver con el Espíritu Santo en la iglesia. (The Elders’ Management of the Church, págs. 231-232)

El sistema del voto introduce a la carne del hombre y termina con la autoridad del Espíritu Santo. Por lo tanto, nunca podemos adoptar el sistema del voto. Por otra parte, la Biblia tampoco permite que un hermano responsable haga decisiones por sí mismo. En la Biblia no existe la autocracia; solo existe la reunión de los de mayor experiencia junto con los más espirituales y con los ancianos. (The Elders’Management of the Church, pág. 234)

Al rechazar la revelación bíblica de la administración apropiada de la iglesia y al descuidar la comunión dada por los hermanos Nee y Lee de acuerdo a tal revelación, los hermanos disidentes de Toronto han formado una secta usando la corporación y sus reglamentos para producir así un sistema de gobierno de la iglesia sin ninguna base bíblica. Han cambiado ser gobernados por Dios por un reino creado por ellos mismos.

Conclusión

Una reunión típica de la "corporación" de la iglesia local es una experiencia llena de paz. Tales reuniones son generalmente llevadas a cabo una vez al año, como es requerido por la ley, y usualmente son el Día del Señor. Con el propósito de cumplir con los requisitos de gobierno del estado o provincia, un quórum de miembros votantes debe estar presente para presidir la administración. Las reuniones son supervisadas por los directores. Si un director es propuesto para ser reelegido, el puede ser reelegido mediante el voto de los miembros calificados. Cuando es necesario, diversos asuntos, tales como la actualización de los reglamentos, también son puestos a la votación de los miembros. (En tales casos la práctica del voto es permitida a fin de cumplir  delante del gobierno secular con la responsabilidad de la corporación; este voto no afecta la administración de la iglesia  como entidad espiritual). Un reporte financiero es presentado por el tesorero de la corporación para concluir la reunión. Las minutas registradas por el secretario sirven como registro oficial de los asuntos llevados a cabo. La atmósfera siempre es placentera, y hay un respeto mutuo entre los directores y los miembros mientras funcionan juntamente a fin de cumplir fielmente sus responsabilidades como constituyentes de la corporación.

Los eventos recientes en Toronto fueron todo menos pacíficos. Los directores decidieron conducir una anticipada reunión de administración para asegurar que sus nuevos reglamentos fueran aceptados con el interés de consolidar su poder. En un esfuerzo para justificar la petición de una reunión antes del tiempo señalado, fue liberado a los santos un documento lleno de rencor titulado: ¿Por qué llamar en Toronto a una reunión antes del tiempo señalado?" El escritor de tal documento califica a los santos, que estuvieron de acuerdo con la cuarentena impuesta a Titus Chu y algunos de sus colaboradores, como "Los setenta y siete santos alineados a LSM", describiéndolos así como aquellos que están fuera de Toronto. Un gran número de santos y dos de los ancianos protestaron contra tal reunión antes del tiempo señalado debido a su temor de que los ancianos-directores disidentes estuvieran intentando fortalecer su posesión de la iglesia. Los directores disidentes ignoraron a los que protestaron y siguieron adelante con su agenda. Los santos que protestaron por la propuesta de los directores fueron forzados a buscar la intervención de una corte para continuar con la fecha de la reunión tradicional de administración en la mitad del verano. Su petición fue negada debido a que la corte minimizó la disputa por ser religiosa en naturaleza y finalmente la reunión se llevó a cabo en la fecha propuesta por los directores. En esa reunión los reglamentos fueron ratificados por el voto de los santos solo después de que los requisitos de membresía para votar fueron ilegalmente redefinidos por los directores a fin de aumentar los votos de sus partidarios. Con este hecho finalmente los disidentes se apoderaron de "La iglesia de los Torontianos". Ese grupo es ahora una secta divisiva y ya no se reúnen más como una iglesia local genuina en el recobro del Señor.

Los santos que rehusaron permanecer con la división ahora se han separado a sí mismos de la secta divisiva de los disidentes y se están reuniendo como la iglesia en Toronto. Su postura ha sido confirmada por el Cuerpo, y la iglesia en Toronto, el día 15 de abril del 2007, empezó de nuevo a disfrutar la mesa del Señor en una atmósfera llena de gozo y paz con muchos de los santos que los visitaron. ¡Alabamos al Señor por Su misericordia!

Es muy claro que otras iglesias locales genuinas en el este de Canadá y en la región central de los Estados Unidos están en peligro de ser igualmente abusadas. Oramos al Señor que fortalezca a los santos en esas iglesias para que estén firmes en pro de la unidad del Cuerpo de Cristo y para que rechacen las maquinaciones de los hermanos ambiciosos que se levantan para defraudarlos de su herencia en el recobro del Señor.

[Tony Espinosa with Bill Buntain and Dan Sady]

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