Testimonis de los santos en Kampala, Uganda
que confirman los eventos
Esta sección de afaithfulword.org presenta cinco testimonios adquiridos de primera mano y escritos en forma de cartas de cinco santos locales en Uganda:
- Hermano Godwin Kihuguru
- Hermana Sarah Kihuguru
- Hermana Mbabazi Mpuga
- Hermana Rachel Aderi
- Hermana Edna Kanabahita
Estos santos son testigos oculares de los eventos que ocurrieron en Kampala, la capital y la ciudad más grande en Uganda, África en un periodo de cinco años: desde el año 2001 al 2006. Los testimonios describen lo que sucedió en la iglesia en Kampala y la división causada por la obra que se realizó bajo el liderazgo de Titus Chu. Además, confirma la exactitud del relato del hermano Tim Knoppe.
Una característica sobresaliente en estos testimonios es el énfasis dado a la vida divina. Estas cartas describen de manera consistente cómo los santos fueron conducidos a la experiencia subjetiva y al disfrute del Señor como la vida. Aún antes de su contacto inicial con el recobro del Señor, estos queridos santos tenían una experiencia real de vida y llevaban fruto de acuerdo con la manera ordenada por Dios revelada en la Biblia. Ellos testifican del sabor que experimentaban del Señor en el ministerio de Watchman Nee y Witness Lee. Relatan la manera en que la iglesia en Kampala fue levantada a través del único ministerio y como sencilla y puramente dependían del Señor al cooperar con Él para ser constituidos con la Palabra. Además, testifican cómo fueron guiados al ministerio y conducidos por éste a apreciar al Señor en Su Palabra. Esto produjo que en aún un corto periodo de tiempo un testimonio puro fuese levantado a saber, la iglesia en Kampala, Uganda.
Sus informes nos revelan que una obra muy diferente llegó a esa región. Una obra que no era conforme al camino angosto que lleva a la vida. (cfr. Mt 7:14). Ellos testifican su experiencia de haber sido presionados y aún manipulados para apoyar esta nueva obra. Si aplicamos esto de manera mundana, significa buscar el aumento a fin de edificar esa obra, en lugar de dar fruto y edificar la iglesia a través del fluir de la vida divina mediante la oración, el Espíritu y la Palabra. (Hch. 1:8; 4:31; 6:4; 8:4). Estos santos mencionan el contraste marcado entre lo que ellos inicialmente habían visto, experimentado y saboreado del recobro puro del Señor —la vida y el suministro de vida que habían disfrutado al tocar el ministerio de Watchman Nee y Witness Lee— y lo que experimentaron cuando estos obreros enviados por Titus Chu trataron de apoderarse de la vida de iglesia.
Además de estos relatos verídicos, detallados y algunas veces sorprendentes, estos cinco santos narran la confusión consecuente que esta obra introdujo, a saber, cómo la obra se llevo a cabo por medio del esfuerzo natural y de la mixtura mundana. Al evaluar la obra ellos consideran que ésta estaba diseñada para medir el éxito basándose sólo en los números y que era llevada a cabo de una manera en la que no había ninguna diferencia en esencia a la obra de las denominaciones en la cual cada uno estuvo involucrado anteriormente.
Los informes demuestran más y más que Titus y la mayoría de los que están bajo su liderazgo actuaron y enseñaron de una manera divisiva y controladora. Sus relatos revelan el engaño y la manipulación que se cometieron en la iglesia en Kampala y que esta obra diferente fue llevada a cabo sin ninguna comunión ni cuidado por los santos locales quienes habían tomado en un principio una postura firme por la vida de iglesia en Kampala. Por último, como ustedes verán, esta obra diferente se estableció descaradamente compitiendo de manera directa con el testimonio de la iglesia en Kampala.
Los sucesos negativos que tuvieron lugar en la iglesia en Kampala son el resultado directo de las diferentes enseñanzas introducidas y promovidas por Titus Chu y por todos los enviados por él a realizar una obra en Uganda. Entre otros asuntos, a lo que Titus Chu y todos los que le defienden se oponen es al énfasis que el hermano Lee hace en que todos los colaboradores deben llevar a cabo una obra al enseñar la misma cosa según la misma visión a fin de preservar la unanimidad. Titus y los que laboran bajo su liderazgo han rechazado esta verdad de las Escrituras y han utilizado diferentes enseñanzas para justificar y edificar sus propios "reinos" bajo el manto del recobro del Señor.
El hacer hincapié en obras regionales separadas causó gran daño en los ochenta. Esto hizo que algunos reclamaran su región como un territorio privado de su obra. En respuesta, el hermano Lee recalcó la unicidad de la obra en el recobro del Señor, la necesidad de la comunión entre los obreros y el peligro de promover cualquier otra cosa aparte de la economía de Dios.
Sin embargo, al avanzar, el ministerio se extiende por diversas regiones, o sea, es de carácter regional; pero esto no significa que el Señor lleva a cabo un mover distinto en cada región, ni que Él tenga varios cuerpos ni diversos testimonios. En otras palabras, esto no quiere decir que el ministerio o la obra realizada bajo el liderazgo de Pedro en tierras judías produjo un testimonio de índole diferente al testimonio producido por la obra y el ministerio realizados bajo el liderazgo de Pablo en el mundo gentil. En la era del Nuevo Testamento, el Señor posee un único ministerio, para llevar adelante Su único mover que produce el único Cuerpo como Su único testimonio. (Entrenamiento para ancianos, libro 4: otros asuntos cruciales con respecto a la práctica del recobro del Señor, pág. 32)
Hasta cierto punto, está puede ser la situación que prevalece hoy en algunos lugares en el recobro. Hay personas que honran la base de unidad y que defienden la fe, no obstante, viven en la carne, en el yo y en lo hombre natural. Tales personas son egoístas y siguen sus propios intereses; buscan recibir gloria y ser exaltados. Peor aún, muchas veces son personas ambiciosas, lo cual es abominable a los ojos de Dios. La raíz de casa rebelión que se ha suscitado entre nosotros en los últimos setenta y dos años, ha sido este horrendo factor llamado ambición. (Estudio-vida de 1 y 2 de Crónicas, pág. 82)
El hermano Lee dijo que la manera de evitar, remediar y curar esta "clase de enfermedad" entre las iglesias es conocer y honrar el sentir del Cuerpo.
Estamos aquí por el Cuerpo. Sin el apoyo del Cuerpo y sin el respaldo del recobro, no hay manera de practicar las iglesias locales. Si practicamos la vida de iglesia local y descuidamos la visión del Cuerpo, nuestra iglesia local se convierte en una secta local.
El recobro es para el Cuerpo no para un individuo o meramente una iglesia local individual. Si vamos a realizar cualquier cosa, tenemos que considerar cómo reaccionarán el Cuerpo y el recobro. Todos los problemas se deben a que no se ha visto el Cuerpo ni se toma cuidado del Cuerpo… (The Problems Causing the Turmoils in the Church Life, pág. 35)
Ha ocurrido disturbio tras disturbio debido a que no conocemos el Cuerpo. El único remedio que puede curarnos de esta clase de enfermedad es ver el Cuerpo. Cuando el hermano Nee enseñó acerca del Cuerpo, él dijo que en cualquier cosa que hagamos, necesitamos considerar cómo se van a sentir las demás iglesias. Cuando hagamos algo, no debemos olvidarnos que somos miembros del Cuerpo y el Cuerpo no es solamente una iglesia local. La iglesia local no es el "Cuerpo local"; si lo es, habrá llegado a convertirse en una secta local… (The Problems Causing the Turmoils in the Church Life, págs. 28-29)
El propósito de imprimir estos informes es demostrar los efectos que producen las diferentes enseñanzas y obras. Tales cosas dañan el Cuerpo de Cristo como lo ilustra este relato el cual tiene como objetivo simplemente registrar los sucesos que acontecieron y no examinar las diferentes enseñanzas que fueron introducidas a esa región.
Los santos que ofrecen sus testimonios aquí relatan firmemente su experiencia de tocar el dulce fluir de vida en el recobro del Señor, de luego ser introducidos a una obra diferente y sin vida, y el gozo de reunirse nuevamente en comunión con el Cuerpo de una manera real.
[Evan Koch con Bill Buntain y Dan Sady]